Recortes en el agua

29 septiembre 2006

Cuando queremos ayudar tenemos que esforzarnos

Cuando se ayuda a alguien hay que pensar en esa persona y esforzarse por darle no sólo lo que necesita, sino como lo necesita. No sólo vale con la buena intención, hay que esforzarse. Es como dar de lo que te sobra, es más difícil dar cuando te resta.
Ayer una chica ciega con su perro preguntó dónde está una plaza de Sevilla a una amable pareja a la que se acercó. Ellos encantadores, le respondieron: "por allí", señalando con el brazo extendido. La chica del perro se dió la vuelta para comenzar a desandar y la pareja le gritó: "pero dónde vas? Por allí, mujer". La pobre muchacha se quedó desorientada, porque ella no veía el brazo señalador de la dirección.
Hoy, un amable joven ayudó a una señora bastante mayor a cruzar la calle de enfrente del hospital, aunque la señora iba arrastrando porque el chico la llevaba a una velocidad que iba dando zancadas y volando.
También me acuerdo que hace unos doce años, una encantadora tía mía llevó albóndigas a mi padre porque le encantaban, aunque él ya hacía dos meses que no podía ingerir ni digerir nada y tomaba una medicina (Meritene) como único alimento. A mi padre se le hacía la boca agua, pero al día siguiente retiramos el plato de albóndigas de encima de la cómoda del dormitorio, porque él no podía tomarlas.
Con todo esto quisiera pediros que sí, ayudemos a los demás, démoles lo que sabemos que les gusta o necesitan de nosotros -si podemos, claro-, pero contemplemos sus ritmos y posibilidades, no olvidemos que un ciego no ve, un anciano camina despacio, los enfermos no suelen poder comer las cosas que le gustan, ....así como los niños no pueden comer todas las chuches y pastelitos que les gustaría.

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28 septiembre 2006

Insultos: gratis y exactos

Esta mañana un individuo que atravesaba una calle me gritó "hija de puta" cuando yo, con mi vehículo no le cedí el paso -en ningún momento peligró su integridad física-. Las rayas por las que cruzaba marcaban el carril bici, no era un paso de peatones, y yo tuve que llegar a mi trabajo con un insulto mañanero, injusto, como todos los insultos.
A este señor, y a todo el que se despecha con una palabrota gritada, incluida yo misma, sólo decirle que si bien los insultos son gratis y todos podemos consumirlos porque no están en peligro de extinción, sólo son un exacto indicador del grado de falta de razón que tiene quien los profiere.
Para vivir un poco más agusto todos:
con quienes convivimos, más respeto, y con la gente que no conocemos y no interviene en nuestra vida, más educación y menos demostraciones de ignorancia, por favor.

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25 septiembre 2006

Cuando los precios se disparan

Los seguros suben, por el IPC, por los bonos que se pierden, y por unos cuantos factores más. Y recibes el importe que vas a pagar, y dices, vaya subidón!!!
A veces con sólo llamar puedes cambiar tu póliza y quedarte muy agusto con una nueva que cubre casi lo mismo y se queda en un tercio del importe.
Lo que quiero reivindicar hoy es nuestra atención hacia nuestros asuntos, que una continuidad tácita que sigue porque no ponemos ningún impedimiento, hace que estemos pagando más dinero del que debemos, podemos o queremos por los servicios de los seguros, contratos de telefonía, y otros.

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