Recortes en el agua

29 julio 2009

Sin miedo no hay valentía

El miedo asoma la cabeza cada vez que algo acecha tras los pliegues de la vida.
Está deseando apoderarse de ti, violar tu serenidad, desencajar tus certezas.

Miedo a equivocarte, seguramente "de nuevo".
Miedo a ser vulnerable, que se puedan aprovechar de ti.
Miedo a no llegar a dar la talla, aunque quién establece esas tallas es un misterio.
Miedo a no merecer algo bueno, como si merecieras otra cosa sino lo mejor.
Miedo a estar en soledad, aunque y porque -junto a estar en amor- sea uno de los momentos de mayor pureza y encuentro con uno -con otro-.
Miedo a no ser suficientemente bueno, y digo yo, quién mejor que tú?
Miedo a perder, es cuestión de tiempo recuperar u olvidar lo que se perdió.
Miedo a fracasar, siendo sin embargo el momento de la derrota la mejor oportunidad para superarse y aprender.

En realidad el miedo es un desgraciado, cuando llegas a comprender que existe sólo porque le dejas rozar tu piel levemente, aunque luego le apartes con firmeza...entonces no te importa sentirlo.

Cuando sientes miedo y lo apartas de ti dejas de ser frágil y te conviertes en valiente.

Siente miedo, es sano, es humano....sobreponte, apártalo y sigue tu camino, es valiente, es satisfactorio, es vivir.

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